La consideración de la energía nuclear y el gas natural como “verde” según la Comisión Europea

La Comisión Europea ha confirmado que considera a la energía nuclear y el gas natural dentro de la clasificación de “inversiones verdes” al entenderlas necesarias para la transición a energías limpias, todo ello siguiendo lo dispuesto en la Reglamento (UE) 2020/852 del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de junio de 2020 relativo al establecimiento de un marco para facilitar las inversiones sostenibles

Conviene, en primera instancia señalar, que la apuesta por lo renovable (aunque realmente se habla de energía sin emisiones)  y por la electrificación de la economía, es y será uno de los objetivos principales de la Unión Europea.

Sin embargo, hoy en día las tecnologías de acumulación no son competitivas con lo que existe una gran diferencia entre oferta y demanda. Cabe señalar que en los últimos años se ha incrementado la oferta de energía de origen renovable en España aunque se encuentra por debajo del plan establecido por el Gobierno (PNIEC). A fecha de redacción de este artículo (3 de febrero 2022), en España se genera 818 GWh de los que el 25,8% son de generación renovable y el 74,2% de generación no renovable(nuclear, cogeneración, carbón, otros).

Se cree que la tecnología de acumulación provocará que la energía sea 100% renovable en 2050 por lo que no es casual que la mayoría de países dentro de sus planes nacionales integrados y del clima establezcan ese objetivo a la meritada fecha.

Así las cosas, la Comisión Europea mediante esta decisión no considera que la energía nuclear o el gas sean renovables sino que a la vista de lo dispuesto en el reglamento de taxonomía verde “etiqueta” como verde la energía nuclear o del gas natural, esto es, sostenible desde el punto de vista medioambiental (daño ambiental reducido o nulo).  Se pretende con esta consideración que aquellas actividades que tengan esa “etiqueta verde” sean más atractivas para el inversor tanto privado como público.

Por tanto, cabe pensar que gracias a esta decisión las centrales nucleares podrán obtener financiación más favorable.

Sin embargo, esto no va a suceder. Es altamente improbable que se construyan nuevas centrales nucleares en Europa. La razón, además de la apuesta decidida por la tecnología de acumulación y la energía baja en emisiones, es meramente económica. El coste base medio de la energía renovable en España es de 30 €/MWh mientras que las centrales nucleares de nueva creación sería de 110 €/MWh a 40 años (algo inviable por la falta de políticas energéticas consensuadas a largo plazo). Esto a precios actuales podría parecer rentable (233,34 €/MWh precio máximo del día 3 de febrero) pero todos los expertos señalan que estos precios bajarán a lo largo de 2022 de manera considerable.

Ahora bien, otra cosa diferente es seguir invirtiendo en los reactores existentes en España y en Europa hasta ese 2050 fecha en la que se presume que la tecnología de acumulación será rentable. La extensión de vida de las centrales ya existentes podría suponer un complemento a las energías  renovables y podrían tener acceso a financiación verde.

Los Estados son soberanos más allá de lo que disponga la Comisión Europea para determinar el mix energético que decidan y salvo en algunos países (como Francia, de gran tradición nuclear) ya disponen de planes de desmantelamiento de las centrales nucleares. Además, las propias empresas gestoras exigen una fiscalidad menos gravosas para, en el caso de ampliación de vida útil de las centrales nucleares, sean atractivas en el pool energético.

Por tanto, no parece que la consideración de etiqueta verde a la energía nuclear o gas vaya a suponer un aumento de instalaciones generadoras de esta energía en la mayor parte de Europa.

Dr. Alberto Sáez – Advisory on ESG-SDG corporate strategies. Ama Dablam Strategies